viernes, 30 de abril de 2010

Paranoid Park

Paranoid park

Solia ser una adolescente problematica. Venida de un hogar disfuncional, jodida a mas no poder y en un colegio catolico es facil vivir el sueño de Crazy, sientiendome Liv Tayler y todo ese cliche videoclipero. Pero nunca mate a nadie. Y ese es precisamente el limite que rompe Paranoid park de Guus Van Sant, director de las conocidas y ya analizadas - y analizadas - Milk, Elephant y My own private Idaho.

Los adolescentes en esta pelicula no incurren en los facilismos del modelo teenager gringo. No son gritones, groseros y poperamente vacios, sino que se deslizan silenciosamente en una adolescencia densa, pesada y silenciosa. Otra vez, la atmosfera cargada de Elephant se hace presente y somos testigos, con magistral introspeccion cinematografica, de las subjetividades adolescentes, en constante tension entre ser niños que juegan a montar patineta, y jovenes-adultos que toman alcohol y tienen relaciones sexuales por primera vez.

Todo parece forzado menos el espacio skate que es ludico y libre, es el arte en medio de los modelos y estereotipos de una adolescencia Ipod y mtv. Asi, se les exigira fugacidad, rapidez y bulla, y en su lugar encontraremos a gringuitos parcos y callados, sumidos en sus propias mini angustias que terminan haciendose descomunalmente mas grandes que los big problems adultos de pagar las cuentas e invertir en la bolsa de valores.

En el film, Alex descubre Paranoid Park, un parque periferico y marginal en el que se reunen skaters underground de la ciudad para practicar su deporte y socializar. La periferia crea a su vez, subcentros de socializacion en los que interactua y a falta de un discurso dominante integrador de identidades, Alex debe escapar a ese centro sobrecargado de mediatismo y exigencias estereotipicas, debe encontrar la ausencia de disfuerzo de lo ludico.

Aqui, en Paranoid Park llevara su juego al extremo, y sin desearlo se vera envuelto en un crimen con el que debe lidiar a pesar de su corta edad. Por esos azares molestos de la vida, sera autor de un crimen que debe borrar y redimir.

Pero en todo ese viaje vemos en realidad un estudio de campo pormenorizado del mejor teorico de la adolescencia en el cine, es como se dijo, un film skate-intelectual. Pasearemos por las diversas tribus urbanas de la adolscencia postindustrial contemporanea, desde los indies, punks, chicos normales, y las chicas fresa, representadas en la novia de Alex y sus amigas.

Seremos, por otro lado, testigos de escenas de lograda calidad artistica, en las que casi podemos adivinar lo que piensa Alex sobre la vida, la catarsis que supone el skate en un contexto pseudoliberal de gobiernos republicanos aplastantes, viviremos un regimen totalitario en su penetracion de las vidas libres para consumir, pero no para ser (la escena en la que los saketes demuestran sus piruetas en camara lenta es una de las mas sugerentes de la pelicula).

Por ultimo, volveremos sobre una tecnica narrativa no lineal con la que Van Sant ya habia experimentado antes de su fallida incursion en la gran industria - con el remake de Psycho -, la que utilizo en Elephant. La historia, asi, volvera sobre si misma un a y otra vez para terminar de revelarnos el secreto de la historia de Alex. La subjetividad del muchacho ira conduciendonos, con su propio y limitado lenguaje, por un sucesion de circulos concentricos que van ampliando nuestra percepcion de lo ocurrido. Y entonces el mito inicial de Paranoid Park cae y se revela la periferia en toda su decadence.

La pelicula demuestra el sitial de director de culto del oriundo de Kentucky y su indiscutible batuta en el cine independiente. Deja, como toda buena pelicula, ideas en la cabeza que van rondando, la única diferencia con Paranoid Park, es que dicha incertidumbres no se esfumaran con tan solo quemar la pequeña carta en la que Alex confiesa su crimen.