viernes, 30 de abril de 2010

Paranoid Park

Paranoid park

Solia ser una adolescente problematica. Venida de un hogar disfuncional, jodida a mas no poder y en un colegio catolico es facil vivir el sueño de Crazy, sientiendome Liv Tayler y todo ese cliche videoclipero. Pero nunca mate a nadie. Y ese es precisamente el limite que rompe Paranoid park de Guus Van Sant, director de las conocidas y ya analizadas - y analizadas - Milk, Elephant y My own private Idaho.

Los adolescentes en esta pelicula no incurren en los facilismos del modelo teenager gringo. No son gritones, groseros y poperamente vacios, sino que se deslizan silenciosamente en una adolescencia densa, pesada y silenciosa. Otra vez, la atmosfera cargada de Elephant se hace presente y somos testigos, con magistral introspeccion cinematografica, de las subjetividades adolescentes, en constante tension entre ser niños que juegan a montar patineta, y jovenes-adultos que toman alcohol y tienen relaciones sexuales por primera vez.

Todo parece forzado menos el espacio skate que es ludico y libre, es el arte en medio de los modelos y estereotipos de una adolescencia Ipod y mtv. Asi, se les exigira fugacidad, rapidez y bulla, y en su lugar encontraremos a gringuitos parcos y callados, sumidos en sus propias mini angustias que terminan haciendose descomunalmente mas grandes que los big problems adultos de pagar las cuentas e invertir en la bolsa de valores.

En el film, Alex descubre Paranoid Park, un parque periferico y marginal en el que se reunen skaters underground de la ciudad para practicar su deporte y socializar. La periferia crea a su vez, subcentros de socializacion en los que interactua y a falta de un discurso dominante integrador de identidades, Alex debe escapar a ese centro sobrecargado de mediatismo y exigencias estereotipicas, debe encontrar la ausencia de disfuerzo de lo ludico.

Aqui, en Paranoid Park llevara su juego al extremo, y sin desearlo se vera envuelto en un crimen con el que debe lidiar a pesar de su corta edad. Por esos azares molestos de la vida, sera autor de un crimen que debe borrar y redimir.

Pero en todo ese viaje vemos en realidad un estudio de campo pormenorizado del mejor teorico de la adolescencia en el cine, es como se dijo, un film skate-intelectual. Pasearemos por las diversas tribus urbanas de la adolscencia postindustrial contemporanea, desde los indies, punks, chicos normales, y las chicas fresa, representadas en la novia de Alex y sus amigas.

Seremos, por otro lado, testigos de escenas de lograda calidad artistica, en las que casi podemos adivinar lo que piensa Alex sobre la vida, la catarsis que supone el skate en un contexto pseudoliberal de gobiernos republicanos aplastantes, viviremos un regimen totalitario en su penetracion de las vidas libres para consumir, pero no para ser (la escena en la que los saketes demuestran sus piruetas en camara lenta es una de las mas sugerentes de la pelicula).

Por ultimo, volveremos sobre una tecnica narrativa no lineal con la que Van Sant ya habia experimentado antes de su fallida incursion en la gran industria - con el remake de Psycho -, la que utilizo en Elephant. La historia, asi, volvera sobre si misma un a y otra vez para terminar de revelarnos el secreto de la historia de Alex. La subjetividad del muchacho ira conduciendonos, con su propio y limitado lenguaje, por un sucesion de circulos concentricos que van ampliando nuestra percepcion de lo ocurrido. Y entonces el mito inicial de Paranoid Park cae y se revela la periferia en toda su decadence.

La pelicula demuestra el sitial de director de culto del oriundo de Kentucky y su indiscutible batuta en el cine independiente. Deja, como toda buena pelicula, ideas en la cabeza que van rondando, la única diferencia con Paranoid Park, es que dicha incertidumbres no se esfumaran con tan solo quemar la pequeña carta en la que Alex confiesa su crimen.

domingo, 10 de agosto de 2008

La anarquía romántica


De quien podría terminar siendo el héroe en Batman.

Debo confesar que compre y vi Batman con mucho escepticismo. Ese que me dice que una película taquillera no puede ser tan buena, un prejuicio de por mas injustificado. Y este, a su vez, iba unido a la idea de que la actuación de Heath Ledger no me parecería tan buena, o por lo menos no tanto como me la pintaban.

Creo que me equivoque rotundamente. La actuación de Ledger como Guasón es de antología, la película es muy buena y las reflexiones que plantea sobre la sociedad y su orden, la moralidad y la condición humana trascienden el cliché conservador hollywoodense del buen cristiano.

Como ya había leído, la actuación del fallecido actor (Ledger) como Guasón se roba todos los protagonismos. Fuera de causar risa con una personalidad trastornada pero graciosa al fin, Guasón no es un villano imbuido en su alter ego performativo (el del payaso malévolo), sino un autentico desadaptado que es a la vez el mismo y su personaje que inspira escalofríos. Y es oscuro, perverso y a la vez un romántico e idealista. Lleva al extremo una concepción hobbesiana del hombre y quiere comprobar su teoría, lograr que con el caos (en principio de Gótica), se llegue al estado de naturaleza primigenio, en el que prevalezca el yo. Pretende demostrar que el hombre ha instituido un stablishment que le da seguridad, al precio de su irrestricta y peligrosa libertad, para no sentir miedo, el miedo al otro que lo amenaza, a el y a su familia.

Y logra mucho, pues su razonamiento no es incoherente, sino extremista, como nos lo puede parecer el extremismo ideológico. Y como todo extremismo, siempre encuentra adeptos, uno de ellos, un hombre que ve cegado su sentido del orden, de la justicia y de la sociedad, el mismo que en principio quería detenerlo, porque como todos, sentía miedo, el fiscal de Gótica Harvey Dent.

Lo que vemos en Dent es una metamorfosis que vence la moral tradicional, herramienta de la dominación política, para configurarse un nuevo rango de lo bueno y lo malo, lo justo e injusto, que en este caso termina siendo la suerte, la indeterminación del futuro, no predispuesto ya hacia lo políticamente correcto (lo que ayudaría a la preservación de la especie), sino a cualquiera de las posibilidades que plantee un hecho determinado ( un horizonte de eventos). Y así, el nuevo fiscal, la versión Mr. Hyde de Harvey Dent, “Dos caras”, es capaz de matar a un niño, al hijo del teniente Jim Gordon, pues no existe ya en su mundo un imperativo categórico que lo prohíba, una conciencia del pecado o de la perversidad del acto. Simplemente matarlo es la segunda posibilidad, tan patentizable como no matarlo, un 50 – 50.

Entonces, ¿no podemos darle la vuelta al asunto y ver al Guasón como el héroe de un mundo esclavizado por sus propios miedos?, esto sobretodo se vería reforzado porque lo del Guasón es puramente ideológico. No existe ni pizca de pragmatismo en sus ideales, no es capaz de regularlos para que sean más alcanzables. Es hasta cierto punto la conciencia de la imposibilidad de la perfección, el melancólico sueño megalómano del Caligula de Camus, que quería la luna y murió en tal empeño.

Cosa distinta encontramos en Batman, quien es capaz de sacrificar cosas y personas a fin de vencer el crimen, de restaurar el orden. Siendo así, no se entrega a pesar de las muertes que están asolando Gótica. Y no lo hace precisamente por el sentido de pragmatismo que acompaña su buena moral: si se entregara, el crimen volvería a reinar y nadie lo podría combatir.

Extremando el argumento, finalmente Batman es otra de las victimas del miedo que consume a la sociedad. Hombre rico, teme el desmoronamiento de su fortuna por efectos del nuevo caos que se esta apoderando de Gótica. Y sus preceptos de buena conducta, su clara distinción entre lo bueno y lo malo podrían terminar siendo no mas que la cobertura ideológica de un sentimiento primitivo, el mismo que comparte con todos. No se trata de reducir su filantropía a un interés mezquino y económico, eso seria darle una lectura marxista al asunto, pero definitivamente existe una conjugación de factores en el accionar de Batman, conjugación que pareciera no existir en Guasón. El vence el dogma del fin económico como fin de toda acción humana, reductible así a su mínima expresión. Y lo hace en una escena en especial, cuando recibe dinero por su accionar por parte de la mafia (ese informe conglomerado de maleantes de todo tipo que existe en Gótica), y lo quema frente a uno de los jefes de la misma. Porque como el mismo lo dice, la mafia actúa solo por dinero, haciendo cálculos de costo beneficio. Y así también actúa la policía, como conspiracionista, ideando planes y trazando estrategias, estableciendo un orden y una predictibilidad aun en el futuro, un correcto accionar que le devuelve al hombre el control y seguridad en el mundo. Y Guasón se encarga de romper ese orden, de demostrar cuan endebles pueden terminar siendo las estrategias trazadas por grupos organizados, introduciendo el factor pánico, miedo y descontrol en lo predictible del desarrollo correcto de una captura (policía) o un asesinato planeado (la mafia).

Pero así como se desata la lucha en el accionar, y con ella una pugna argumental en toda la película, finalmente vemos vencer a una de ellas. Y el fin es el de esperar, y es en lo que la película termina siendo analogable a todas las demás, el “bien” vence, Guasón es detenido y los dos ferris en los que Guasón experimentaba (haré con ustedes un experimento social) la condición humana como individualista, se salvan, y lo hacen precisamente porque el hombre no es tan hobbesiano como el villano creía, y el sentimiento comunitario, o podría ser la carga que acarrearía en la conciencia el haber sido responsables de las muertes de otros, hace que ninguno de los dos bandos oprima el botón que hacia explotar al otro barco. Batman sostiene una conversación, convulsionada e invertida, con Guasón y en ella bosqueja una explicación de todo. No se matan porque no son como Guasón, anarquistas hobbesianos, hombres que viven irrestrictamente o mueren en el intento ( la irrestriccion sin embargo, seria tan solo exterior, pues los conflictos interiores deberían seguir configurando una paradoja difícil de vencer, no tanto así para Guasón que parece estar convencido racionalmente de su actuar). En su lugar, algo une a los hombres en una comunidad que necesita orden ¿miedo?¿cariño?, eso queda abierto porque podría ser tanto una como la otra, o una conjunción de ambas, otra vez, como un punto medio que siempre prevalece, una mesura lejana al romanticismo de Guasón, el romanticismo oscuro, y de la pura bondad de la moral tradicional.

El punto cumbre, mas que la muerte de la primera victima de la locura extremista de Guasón, la del propio fiscal Harvey Dent, pareciera ser cuando Guasón le muestra a Batman lo desesperante de su situación. Batman no lo matará por un informe sentido de la moralidad, que le prohíbe matar aun a un hombre deplorable, y Guasón no lo hará pues luchar con Batman lo divierte.

El crimen sigue pues toda sociedad siempre lucha para combatir a las fuerzas que van en contra de la legalidad instituida, y Batman termina siendo el villano de una ciudad en la que como cualquiera, los superiores son temidos por el conjunto, es el villano perfecto para ser buscado y odiado, pues su accionar siempre es ambivalente, como el de todos, y por tanto odiado, como el de todos.

jueves, 9 de agosto de 2007

Tan cerca y tan lejos...sobre un perseguidor y un perseguido.


Una de las narraciones buditas mas conocidas cuenta que Buda, durante uno de sus peregrinajes para extender su mensaje a lo largo de los montes Himalayas, entró en los dominios de un conocido asesino y maleante, Angulimala. Este, al ver la tranquilidad y parsimonia de Gautama, mientras cruzaba por sus territorios, se indigno y emprendió una carrera para alcanzarlo. Pero veía, que por más que se esforzaba, no lograba alcanzar "al iluminado", así que se rindió y llamó a Buda, para increparle por el extraño arte mágico que estaba usando para que Angulimala no lo pudiese alcanzar. Buda respondió usando un razonamiento que, con matices distintos, también se ha sostenido en la filosofía occidental.
Angulimala se veía impedido de alcanzar al Buda, pues este se encontraba en el Nirvana, exento de los impulsos y pulsiones que generan el sufrimiento humano. El Nirvana era entonces, una especie de ana-temporalidad o ana-cronismo, entendido como la ausencia de la dimensión temporal. La muerte es la desilusión madre de todas las desesperaciones y angustias humanas; pero, sin embargo, deshacerse de ella mediante el Nirvana, brinda la paz interior que ostentaba Buda en su encuentro con Angulimala. Lo que Gautama hacia en realidad, era caminar por fuera del tiempo y su linealidad fatalista. Contemplaba la infinitud de un pasado de reencarnaciones y era, a la vez, consciente de la insignificancia de ese instante (su encuentro con Angulimala) para la infinitud del porvenir. Es mas, tal vez ni siquiera contemplaba una linealidad de infinitos a ambos lados, pasado y futuro, sino lo que veía era un ciclo que se repetía a si mismo en la infinitud. ¿Y no es ello más angustiante? San Agustín, sobre Platón y su concepción del tiempo, escribía alguna vez: "El año platónico es un curso de siglos después del cual todas las cosas recobrarán su estado anterior, y Platón, en su escuela, de nuevo explicará esta doctrina" ¿No es esta una visión desesperanzadora? ¿No inhibe la posibilidad de un destino para la existencia humana y lo reduce todo al tedio de un sin-sentido repetitivo?.
Tal vez en ello el budismo nunca haya sido tan nihilista. Las enseñanzas del Buda sostienen que una vida virtuosa conduce a una buena reencarnación, con su correlato en el vicio. Lo mismo aparece en muchos escritos platónicos. Vidas buenas, reencarnaciones nobles y vidas viciosas, reencarnaciones decadentes. Es un ciclo no tan sistemático (entendido como la repetición de lo mismo) y mucho mas estructural. Algo así como el despliegue del espíritu en Hegel. Nunca cambios radicales, pues el en si terminará siendo hacia el final del despliegue, nada mas que un nuevo en si, ligeramente distinto al anterior. Las vidas entonces, nunca serán iguales y solo ligeramente distintas entre si; pues jamás un vicioso reencarnara en un virtuoso, sino que el camino entre uno y otro será progresivo. ¿Y una vez recorrido todo el rango de moralidad humana? La ciencia moderna ha podido llegar al siguiente enunciado lógico: Con un espacio finito y un tiempo infinito, el tiempo es circular. La cantidad de probabilidades en un espacio finito son inherentemente finitas, y si hablamos del universo, hablamos de un finito muy abultado en cifras...pero finito al fin!. Es decir que la concepción del tiempo como cíclico no es tan descabellada como lo creyó la escolástica o la tradición judeocristiana.

Por otro lado, tenemos otra narración, esta vez en forma de paradoja, que remite a la impotencia de un sujeto A para alcanzar a un sujeto B. Es la conocida paradoja de Zenón. Esta vez, el ítem es el movimiento. Zenón, discípulo de Parmenides, el filosofo del ser, recurre a la imposibilidad del movimiento para negar la existencia del no-ser. En la paradoja, se da un tiempo determinado a la tortuga para sacar una ventaja frente a Aquiles, y luego del mismo, Aquiles sale a su encuentro. Zenón sostiene que el espacio entre ambos, que se estableció al inicio, es insalvable. Dicho espacio es divisible en mitades sucesivas hacia el infinito, y entonces, Aquiles no puede alcanzar ni rebasar a la tortuga, y es mas, ni siquiera puede moverse del punto inicial.
A pesar de que se ha tratado esta paradoja como una hábil treta pero evidentemente absurda, es cierto también que se han dedicado muchos escritos a la misma. Existen, por un lado, historiadores que encuentran la paradoja y su correlato popular en la conocida Fabula de Esopo sobre la liebre y la tortuga.
Por otro lado, existen ensayos sicológicos (sobretodo de tendencia freudiana y lacaniana) orientados a estudiar la relación entre el perseguidor y el perseguido. Dichos ensayos enuncian la sensación de incompletitud, carencia y deseo del sujeto perseguidor hacia el perseguid; y, por otro lado, la sensación de acecho y temor del perseguido. El perseguido no puede distender su paso, pues siempre tiene detrás al perseguidor; y este a su vez, y a pesar de sus esfuerzos, no puede más que mantener la distancia. Es una necesidad mutua.
Pero para la filosofía ¿Que significa negar el movimiento? Significa otra vez, ubicarnos en la completitud invariable, esta vez no temporal sino espacial. El ser es único e inamovible, ingénito e imperecedero, son algunas características del ser parmenideo. Su inamovilidad responde a la cuestión de que algo no pueda ser, y no-ser al instante siguiente, producto del movimiento. Es la composición armónica de el uno, que tampoco permite movimiento a su interior, pues genera desequilibrio; y a su vez, el mismo no puede moverse todo, pues su movimiento implica desplazamiento desde el ser (el mismo) hacia algo distinto ¿El no-ser?, esta es una vía bloqueada. La solución asumida por Zenón fue la de negar por completo el movimiento.
Se dice que el problema del movimiento fue solucionado por la filosofía post-parmenidea en varios intentos. Desde los atomistas, pasando por Platón y terminando en la sofisticada respuesta de Aristóteles sobre potencia y acto, la primera gran tarea de la filosofía fue poder hacer coherente el mundo inmediato de las cosas con la abstracción lógica de Parmenides.

El perseguidor y el perseguido, la imposibilidad del perseguidor frente al perseguido, han sido, como vemos, temas recurrentes no exclusivos de la meditación occidental; y es mas, muchos sostiene que el ítem del movimiento y la concepción cíclica del tiempo, son prestamos orientales al pensamiento griego.

lunes, 6 de agosto de 2007

Unamuno y la agonia.


Quien se asome a la obra filosófica del vasco Miguel de Unamuno, se acerca a la muestra mas conmovedora de humanidad en la filosofía española. Lo suyo, lejos de erigirse en un complejo aparato especulativo con pretensiones trascendentales, es un intento conmovedor por comprender la razón de la existencia humana, del ser-lanzado-al-mundo, pilar fundamental del existencialismo, y del que Unamuno parece estar imbuido. En sus paginas, el lector encontrara reflexiones sin un orden establecido, y entonces su labor sera la de un sicoanalísta, interpretando simbologías y alusiones bíblicas, para buscar su materialización en la España sumida en una cruenta guerra civil. Y es que Unamuno no entiende cual es la razón por la cual, su nación vasca, ha tomado una postura radical y separatista frente a España. Los "intelectualmente pobres" lo tildaron entonces de antipatriota y españolista, pero lo de Unamuno no pasa por burdas caracterizaciones que lo caricaturicen y lleven a encartelarlo bajo determinadas ideologías.

Se escurre, su filosofía es de sutiles matices; y ello, se podrá decir, es propio del existencialismo. Es, en efecto, la lucha ultima, contra sigo mismo, con sus pulsiones Nietzscheanas pugnando entre si y contra su racionalidad pura. Es la desesperación que genera el tener que asumir la doble postura del vasco políticamente correcto y el hombre libre de apasionamientos y "fríamente" racional. Pero de aquella pugna, de la carencia y la tristeza que significa el exilio, lejos de las tierras vascas; en resumen, de la melancolía que entristecía su alma cada vez que se asomaba a ver el mar en Fuerteventura, nacieron sus dos mayores experimentos filosóficos, a saber, "Del sentimiento trágico de la vida" y "La agonía del cristianismo". Y de poco en poco, termino construyendo un sutil y difuso aparato filosófico.

Unamuno, sin pretenderlo, se acerco mucho mas al encuentro de leyes universales
que rigen el comportamiento humano que lo que lo hicieron quienes pretendieron
hacerlo. Es así que Unamuno encuentra a un nivel macro; o sea, social; lo que ocurre en su propia subjetividad. Encuentra el conflicto humano de la elección. Creer en lo inverosímil que plantea una teología (religión), encegecido pero convencido de un fin ultimo. A sabiendas de que algo así como es Espíritu hegeliano se viene desplegando a lo largo de la historia; o, por otro lado, convertirse en un anti-humano, un cyborg puramente racional. Pero aun así, Unamuno nota que lo del positivismo no es la pretensión de hombres científicos capaces de deducir todo a partir de la ciencia; sino que es finalmente el que han denominado "romanticismo de la ciencia". Imagino a la filosofía del vasco como el ying y el yang; en el que el hombre inherentemente conjuga razón e inclinación. Es un hombre unidimensional, totalmente alejado del hombre kantiano, aquel compuesto dual que se desenvuelve en el plano de la razón o la inclinación distintamente. Y todo ello, Unamuno lo encuentra en cada subjetividad del mundo. Es mas, el parte de "su" propia subjetividad, en la que encuentra el conflicto.

Entonces, Unamuno enuncia que eso de ser cristiano es una agonía. Es una lucha ultima en la que estamos solos. Convencernos, aun a cuestas de la irracionalidad, de que la vida tiene un sentido y fin ultimo, dado por la religión; o perder la esperanza y vivir en un sin-sentido racional en el que la falta de indicios nos lleva a la negación de Dios.

Y es por todo ello que Unamuno es cálido. Se respira humanidad en las paginas de sus obras, y los sentidos e interpretaciones que de ella se pueden dar son múltiples. La mía es libre y arbitraria. Los criterios escogidos parten de mi subjetividad; y creo que así debe ser.

martes, 24 de julio de 2007

¿Idealismo dialectico o mecánica cuántica?


A propósito de la pugna filosofía-ciencia

Mientras escribo este pequeño artículo tengo en mente a Wittgenstein seguramente acongojado y meditabundo, deambulando en aquellos geniales pensamientos que lo llevaron a erigirse como uno de los grandes filósofos de la lógica del siglo XX. En aquella congoja, un escape de frustración lo llevó a decir: “La única tarea que le queda a la filosofía es el análisis del lenguaje”, y es que el contexto en el que se desarrolla este filósofo ameritaría apreciaciones como la suya. Esta frase, recogida por Stephen Hawking en su libro Brevísima historia del tiempo, me da pie para escribir sobre la pugna histórica que ha enfrentado a filósofos y científicos por adjudicarse, en última instancia, el derecho de comprender la totalidad del orden universal y compendiarlo en la razón humana. La cita de Wittgenstein sigue, y es así que dice: “¡Que triste final para la gran tradición filosófica desde Aristóteles a Kant!”.
El siglo XX fue testigo de un desarrollo inconmensurable e impredecible de las ciencias en el mundo. Fueron muchos los factores para que este se produjera, y además, de diversa índole. La cuestión es que con el desarrollo de las ciencias y de la tecnología a escala tan acelerada, las áreas del conocimiento humano se especificaron de tal manera, que aquellos hombres cultos, otrora concebidos como conocedores de verdades absolutas, quedaron al margen de nuevos tecnicismos, ahora usados para describir fenómenos complejos en áreas específicas de las ciencias de toda índole. Los filósofos entonces, quedaron en la imposibilidad de entender que la cuarta resolución de la ecuación de la Relatividad de Einstein, podía ser compatible con la concepción del tiempo como circular y cíclico, propia de la tradición filosófica griega. Y como este ejemplo existen muchos. Y es que los filósofos-científicos se hicieron hombres cada vez más difíciles de encontrar, a diferencia de los hombres de la ilustración, que en personalidades como Kant encontraban la mejor concretización de la pretensión por compendiar en un hombre la totalidad del conocimiento concebible.
La respuesta desde la filosofía no se hizo esperar, y alguna vez Martín Heidegger, filosofo alemán acusado de apoyar al régimen nazi mientras era rector de una universidad en Alemania, sostuvo que la ciencia no piensa; y con ello, obviamente se ganó el odio de la comunidad científica alemana y presumo que en especial de la judía.
Y es que esta pugna no es nueva. A lo largo de la historia, filosofía y ciencia, han luchado por el derecho de explicarlo todo y además hacerlo sobre la base de argumentos sólidos. En ese sentido, la ventaja parece estar a favor de las ciencias, pues su método, inherentemente exige demostrar lo que se sostiene. Y ello me da pie para plantear el dualismo que subyace a esta pugna. La filosofía es especulativa y la ciencia es demostrativa. El ideal de hacer a la filosofía una ciencia con leyes universales y preceptos incuestionables fue propio del siglo de las luces, y en su mayoría, los filósofos que estuvieron imbuidos por este espíritu cientificista fueron modernos. Este afán sin embargo se ha abandonado; y hoy por hoy, la filosofía pareciera divagar entre distintas cosmovisiones, algunas excluyentes entre si, del porqué de las cosas.
Es así que mientras que el avance de las ciencias siempre ha sido ascendente, es decir que cada nuevo descubrimiento significaba un gran progreso que permitía escalar una grada más; en la filosofía el ambiente es completamente distinto. Hegel intentó solucionar este aparente estanco filosófico sosteniendo que el estudio aislado de aparatos filosóficos mostrados como islotes sin relación unos con otros, era deficiente; y que en su lugar se debía propugnar un estudio mediante el cual se tomara en cuenta los avances fácticos que se producen en cada nuevo sistema filosófico. En su Introducción a la historia de la filosofía, su mágnum filosófico; Hegel por ejemplo demostraría por que es que entre Platón y Kant se ha producido un avance en la filosofía, un sofisticamiento, y no simplemente se ha negado un modelo y propugnado uno nuevo. Pero esta manera de concebir la filosofía se ha abandonado en los últimos años; y un relativismo, propio del postmodernismo se ha apoderado del desarrollo de la filosofía. Por otro lado, y en muchos aspectos, corrientes como el existencialismo han abandonado las pretensiones monumentales de propuestas como la kantiana y se han centrado en problemas subjetivos de la raza humana. Se pueden rastrear los orígenes de este giro hacia el plano subjetivo de las personas hecho por algunas corrientes filosóficas, con figuras como la de Nietszche o Kierkegaard, padre del existencialismo; pero definitivamente el mayor desarrollo de este tipo de filosofía no se daría hasta que Jean-Paul Sastre y Albert Camus no fusionaran sus lúcidas apreciaciones filosóficas con magnificas obras literarias. Entonces, ¿podríamos acusar a la filosofía existencialista de tener el complejo del sicoanalista? Si así lo hiciéramos, nótese que lo hace desde el empirismo de unas cuantas palabras plasmadas en magistrales obras literarias, y sin siquiera conocimiento de causa sobre la complejidad de la mente humana, biológicamente hablando.
Como vemos, ambas áreas del conocimiento, que nacieron con la inquietud por el saber, se han distanciado, y en medio de ellas encontramos una escisión que parece insalvable. ¿Especular? ¿Demostrar?, es una decisión que se presenta a cada instante y que personifica a cada método de usar la razón humana. Los intentos por conciliar ciencia y filosofía sin embargo, no han sido pocos; y figuras como Husserl nos permiten albergar la esperanza de una filosofía científica, o de una ciencia filosófica.
El corazón del escritor del articulo se inclina indefectiblemente por tomar el camino filosófico y lo hace desde la apreciación subjetiva de que lo que la ciencia recién se esta encargando de demostrar, ya fuimos capaces de abstraerlo racionalmente desde hace muchos siglos, en aparatos filosóficos complejos. El ser de Parmenides, las ideas platónicas, la sustancia aristotélica, las cinco causas de Santo tomas de Aquino son razonamientos sofisticados que están esperando por ser demostrados o desechados por el desarrollo científico, pero ya están ahí. ¿Y usted que piensa?

Bienvenida :)


Hola a todos. Lo primero es una bienvenida cordial para que se conviertan en asiduos visitantes a este blog. En las siguientes entradas publicare algunos articulos y ensayos sobre algunos filosofos de mi interes. Por otro lado, espero comentarios, diversos puntos de vista y percepciones criticas sobre los mismos, asi como nuevos articulos que me sean enviados para publicarlos tambien. La intencion es enriquecer la panoramica de eruditos como Hegel, que erroneamente se han llamado oscuros, o de aplicar el leviatan hobbesiano a situaciones actuales, discutir teorias platonicas y en fin, analizar y comprender que es esto de la posmodernidad ,que pareciera transformar los paradigmas filosoficos de antaño. Para la discusion, pretendo tambien incluir alusiones a la cultura popular al estilo "Mirando el sesgo", que recogo de teoricos como Zizek que estan haciendo girar la vista hacia la intelectualidad de europa del este. Lo oriental es otro punto de gran interes; ahora mismo yo ando indagando mucho sobre temas como el budismo y taoismo; y con ello, tambien espero compartir mi fascinacion por oriente con ustedes. Nada mas y......¡DISFRUTEN EL BLOG!


PD: la imagen mostrada me parecio buena, pero ninguno de los que sale ahi soy yo.