jueves, 9 de agosto de 2007

Tan cerca y tan lejos...sobre un perseguidor y un perseguido.


Una de las narraciones buditas mas conocidas cuenta que Buda, durante uno de sus peregrinajes para extender su mensaje a lo largo de los montes Himalayas, entró en los dominios de un conocido asesino y maleante, Angulimala. Este, al ver la tranquilidad y parsimonia de Gautama, mientras cruzaba por sus territorios, se indigno y emprendió una carrera para alcanzarlo. Pero veía, que por más que se esforzaba, no lograba alcanzar "al iluminado", así que se rindió y llamó a Buda, para increparle por el extraño arte mágico que estaba usando para que Angulimala no lo pudiese alcanzar. Buda respondió usando un razonamiento que, con matices distintos, también se ha sostenido en la filosofía occidental.
Angulimala se veía impedido de alcanzar al Buda, pues este se encontraba en el Nirvana, exento de los impulsos y pulsiones que generan el sufrimiento humano. El Nirvana era entonces, una especie de ana-temporalidad o ana-cronismo, entendido como la ausencia de la dimensión temporal. La muerte es la desilusión madre de todas las desesperaciones y angustias humanas; pero, sin embargo, deshacerse de ella mediante el Nirvana, brinda la paz interior que ostentaba Buda en su encuentro con Angulimala. Lo que Gautama hacia en realidad, era caminar por fuera del tiempo y su linealidad fatalista. Contemplaba la infinitud de un pasado de reencarnaciones y era, a la vez, consciente de la insignificancia de ese instante (su encuentro con Angulimala) para la infinitud del porvenir. Es mas, tal vez ni siquiera contemplaba una linealidad de infinitos a ambos lados, pasado y futuro, sino lo que veía era un ciclo que se repetía a si mismo en la infinitud. ¿Y no es ello más angustiante? San Agustín, sobre Platón y su concepción del tiempo, escribía alguna vez: "El año platónico es un curso de siglos después del cual todas las cosas recobrarán su estado anterior, y Platón, en su escuela, de nuevo explicará esta doctrina" ¿No es esta una visión desesperanzadora? ¿No inhibe la posibilidad de un destino para la existencia humana y lo reduce todo al tedio de un sin-sentido repetitivo?.
Tal vez en ello el budismo nunca haya sido tan nihilista. Las enseñanzas del Buda sostienen que una vida virtuosa conduce a una buena reencarnación, con su correlato en el vicio. Lo mismo aparece en muchos escritos platónicos. Vidas buenas, reencarnaciones nobles y vidas viciosas, reencarnaciones decadentes. Es un ciclo no tan sistemático (entendido como la repetición de lo mismo) y mucho mas estructural. Algo así como el despliegue del espíritu en Hegel. Nunca cambios radicales, pues el en si terminará siendo hacia el final del despliegue, nada mas que un nuevo en si, ligeramente distinto al anterior. Las vidas entonces, nunca serán iguales y solo ligeramente distintas entre si; pues jamás un vicioso reencarnara en un virtuoso, sino que el camino entre uno y otro será progresivo. ¿Y una vez recorrido todo el rango de moralidad humana? La ciencia moderna ha podido llegar al siguiente enunciado lógico: Con un espacio finito y un tiempo infinito, el tiempo es circular. La cantidad de probabilidades en un espacio finito son inherentemente finitas, y si hablamos del universo, hablamos de un finito muy abultado en cifras...pero finito al fin!. Es decir que la concepción del tiempo como cíclico no es tan descabellada como lo creyó la escolástica o la tradición judeocristiana.

Por otro lado, tenemos otra narración, esta vez en forma de paradoja, que remite a la impotencia de un sujeto A para alcanzar a un sujeto B. Es la conocida paradoja de Zenón. Esta vez, el ítem es el movimiento. Zenón, discípulo de Parmenides, el filosofo del ser, recurre a la imposibilidad del movimiento para negar la existencia del no-ser. En la paradoja, se da un tiempo determinado a la tortuga para sacar una ventaja frente a Aquiles, y luego del mismo, Aquiles sale a su encuentro. Zenón sostiene que el espacio entre ambos, que se estableció al inicio, es insalvable. Dicho espacio es divisible en mitades sucesivas hacia el infinito, y entonces, Aquiles no puede alcanzar ni rebasar a la tortuga, y es mas, ni siquiera puede moverse del punto inicial.
A pesar de que se ha tratado esta paradoja como una hábil treta pero evidentemente absurda, es cierto también que se han dedicado muchos escritos a la misma. Existen, por un lado, historiadores que encuentran la paradoja y su correlato popular en la conocida Fabula de Esopo sobre la liebre y la tortuga.
Por otro lado, existen ensayos sicológicos (sobretodo de tendencia freudiana y lacaniana) orientados a estudiar la relación entre el perseguidor y el perseguido. Dichos ensayos enuncian la sensación de incompletitud, carencia y deseo del sujeto perseguidor hacia el perseguid; y, por otro lado, la sensación de acecho y temor del perseguido. El perseguido no puede distender su paso, pues siempre tiene detrás al perseguidor; y este a su vez, y a pesar de sus esfuerzos, no puede más que mantener la distancia. Es una necesidad mutua.
Pero para la filosofía ¿Que significa negar el movimiento? Significa otra vez, ubicarnos en la completitud invariable, esta vez no temporal sino espacial. El ser es único e inamovible, ingénito e imperecedero, son algunas características del ser parmenideo. Su inamovilidad responde a la cuestión de que algo no pueda ser, y no-ser al instante siguiente, producto del movimiento. Es la composición armónica de el uno, que tampoco permite movimiento a su interior, pues genera desequilibrio; y a su vez, el mismo no puede moverse todo, pues su movimiento implica desplazamiento desde el ser (el mismo) hacia algo distinto ¿El no-ser?, esta es una vía bloqueada. La solución asumida por Zenón fue la de negar por completo el movimiento.
Se dice que el problema del movimiento fue solucionado por la filosofía post-parmenidea en varios intentos. Desde los atomistas, pasando por Platón y terminando en la sofisticada respuesta de Aristóteles sobre potencia y acto, la primera gran tarea de la filosofía fue poder hacer coherente el mundo inmediato de las cosas con la abstracción lógica de Parmenides.

El perseguidor y el perseguido, la imposibilidad del perseguidor frente al perseguido, han sido, como vemos, temas recurrentes no exclusivos de la meditación occidental; y es mas, muchos sostiene que el ítem del movimiento y la concepción cíclica del tiempo, son prestamos orientales al pensamiento griego.

lunes, 6 de agosto de 2007

Unamuno y la agonia.


Quien se asome a la obra filosófica del vasco Miguel de Unamuno, se acerca a la muestra mas conmovedora de humanidad en la filosofía española. Lo suyo, lejos de erigirse en un complejo aparato especulativo con pretensiones trascendentales, es un intento conmovedor por comprender la razón de la existencia humana, del ser-lanzado-al-mundo, pilar fundamental del existencialismo, y del que Unamuno parece estar imbuido. En sus paginas, el lector encontrara reflexiones sin un orden establecido, y entonces su labor sera la de un sicoanalísta, interpretando simbologías y alusiones bíblicas, para buscar su materialización en la España sumida en una cruenta guerra civil. Y es que Unamuno no entiende cual es la razón por la cual, su nación vasca, ha tomado una postura radical y separatista frente a España. Los "intelectualmente pobres" lo tildaron entonces de antipatriota y españolista, pero lo de Unamuno no pasa por burdas caracterizaciones que lo caricaturicen y lleven a encartelarlo bajo determinadas ideologías.

Se escurre, su filosofía es de sutiles matices; y ello, se podrá decir, es propio del existencialismo. Es, en efecto, la lucha ultima, contra sigo mismo, con sus pulsiones Nietzscheanas pugnando entre si y contra su racionalidad pura. Es la desesperación que genera el tener que asumir la doble postura del vasco políticamente correcto y el hombre libre de apasionamientos y "fríamente" racional. Pero de aquella pugna, de la carencia y la tristeza que significa el exilio, lejos de las tierras vascas; en resumen, de la melancolía que entristecía su alma cada vez que se asomaba a ver el mar en Fuerteventura, nacieron sus dos mayores experimentos filosóficos, a saber, "Del sentimiento trágico de la vida" y "La agonía del cristianismo". Y de poco en poco, termino construyendo un sutil y difuso aparato filosófico.

Unamuno, sin pretenderlo, se acerco mucho mas al encuentro de leyes universales
que rigen el comportamiento humano que lo que lo hicieron quienes pretendieron
hacerlo. Es así que Unamuno encuentra a un nivel macro; o sea, social; lo que ocurre en su propia subjetividad. Encuentra el conflicto humano de la elección. Creer en lo inverosímil que plantea una teología (religión), encegecido pero convencido de un fin ultimo. A sabiendas de que algo así como es Espíritu hegeliano se viene desplegando a lo largo de la historia; o, por otro lado, convertirse en un anti-humano, un cyborg puramente racional. Pero aun así, Unamuno nota que lo del positivismo no es la pretensión de hombres científicos capaces de deducir todo a partir de la ciencia; sino que es finalmente el que han denominado "romanticismo de la ciencia". Imagino a la filosofía del vasco como el ying y el yang; en el que el hombre inherentemente conjuga razón e inclinación. Es un hombre unidimensional, totalmente alejado del hombre kantiano, aquel compuesto dual que se desenvuelve en el plano de la razón o la inclinación distintamente. Y todo ello, Unamuno lo encuentra en cada subjetividad del mundo. Es mas, el parte de "su" propia subjetividad, en la que encuentra el conflicto.

Entonces, Unamuno enuncia que eso de ser cristiano es una agonía. Es una lucha ultima en la que estamos solos. Convencernos, aun a cuestas de la irracionalidad, de que la vida tiene un sentido y fin ultimo, dado por la religión; o perder la esperanza y vivir en un sin-sentido racional en el que la falta de indicios nos lleva a la negación de Dios.

Y es por todo ello que Unamuno es cálido. Se respira humanidad en las paginas de sus obras, y los sentidos e interpretaciones que de ella se pueden dar son múltiples. La mía es libre y arbitraria. Los criterios escogidos parten de mi subjetividad; y creo que así debe ser.

martes, 24 de julio de 2007

¿Idealismo dialectico o mecánica cuántica?


A propósito de la pugna filosofía-ciencia

Mientras escribo este pequeño artículo tengo en mente a Wittgenstein seguramente acongojado y meditabundo, deambulando en aquellos geniales pensamientos que lo llevaron a erigirse como uno de los grandes filósofos de la lógica del siglo XX. En aquella congoja, un escape de frustración lo llevó a decir: “La única tarea que le queda a la filosofía es el análisis del lenguaje”, y es que el contexto en el que se desarrolla este filósofo ameritaría apreciaciones como la suya. Esta frase, recogida por Stephen Hawking en su libro Brevísima historia del tiempo, me da pie para escribir sobre la pugna histórica que ha enfrentado a filósofos y científicos por adjudicarse, en última instancia, el derecho de comprender la totalidad del orden universal y compendiarlo en la razón humana. La cita de Wittgenstein sigue, y es así que dice: “¡Que triste final para la gran tradición filosófica desde Aristóteles a Kant!”.
El siglo XX fue testigo de un desarrollo inconmensurable e impredecible de las ciencias en el mundo. Fueron muchos los factores para que este se produjera, y además, de diversa índole. La cuestión es que con el desarrollo de las ciencias y de la tecnología a escala tan acelerada, las áreas del conocimiento humano se especificaron de tal manera, que aquellos hombres cultos, otrora concebidos como conocedores de verdades absolutas, quedaron al margen de nuevos tecnicismos, ahora usados para describir fenómenos complejos en áreas específicas de las ciencias de toda índole. Los filósofos entonces, quedaron en la imposibilidad de entender que la cuarta resolución de la ecuación de la Relatividad de Einstein, podía ser compatible con la concepción del tiempo como circular y cíclico, propia de la tradición filosófica griega. Y como este ejemplo existen muchos. Y es que los filósofos-científicos se hicieron hombres cada vez más difíciles de encontrar, a diferencia de los hombres de la ilustración, que en personalidades como Kant encontraban la mejor concretización de la pretensión por compendiar en un hombre la totalidad del conocimiento concebible.
La respuesta desde la filosofía no se hizo esperar, y alguna vez Martín Heidegger, filosofo alemán acusado de apoyar al régimen nazi mientras era rector de una universidad en Alemania, sostuvo que la ciencia no piensa; y con ello, obviamente se ganó el odio de la comunidad científica alemana y presumo que en especial de la judía.
Y es que esta pugna no es nueva. A lo largo de la historia, filosofía y ciencia, han luchado por el derecho de explicarlo todo y además hacerlo sobre la base de argumentos sólidos. En ese sentido, la ventaja parece estar a favor de las ciencias, pues su método, inherentemente exige demostrar lo que se sostiene. Y ello me da pie para plantear el dualismo que subyace a esta pugna. La filosofía es especulativa y la ciencia es demostrativa. El ideal de hacer a la filosofía una ciencia con leyes universales y preceptos incuestionables fue propio del siglo de las luces, y en su mayoría, los filósofos que estuvieron imbuidos por este espíritu cientificista fueron modernos. Este afán sin embargo se ha abandonado; y hoy por hoy, la filosofía pareciera divagar entre distintas cosmovisiones, algunas excluyentes entre si, del porqué de las cosas.
Es así que mientras que el avance de las ciencias siempre ha sido ascendente, es decir que cada nuevo descubrimiento significaba un gran progreso que permitía escalar una grada más; en la filosofía el ambiente es completamente distinto. Hegel intentó solucionar este aparente estanco filosófico sosteniendo que el estudio aislado de aparatos filosóficos mostrados como islotes sin relación unos con otros, era deficiente; y que en su lugar se debía propugnar un estudio mediante el cual se tomara en cuenta los avances fácticos que se producen en cada nuevo sistema filosófico. En su Introducción a la historia de la filosofía, su mágnum filosófico; Hegel por ejemplo demostraría por que es que entre Platón y Kant se ha producido un avance en la filosofía, un sofisticamiento, y no simplemente se ha negado un modelo y propugnado uno nuevo. Pero esta manera de concebir la filosofía se ha abandonado en los últimos años; y un relativismo, propio del postmodernismo se ha apoderado del desarrollo de la filosofía. Por otro lado, y en muchos aspectos, corrientes como el existencialismo han abandonado las pretensiones monumentales de propuestas como la kantiana y se han centrado en problemas subjetivos de la raza humana. Se pueden rastrear los orígenes de este giro hacia el plano subjetivo de las personas hecho por algunas corrientes filosóficas, con figuras como la de Nietszche o Kierkegaard, padre del existencialismo; pero definitivamente el mayor desarrollo de este tipo de filosofía no se daría hasta que Jean-Paul Sastre y Albert Camus no fusionaran sus lúcidas apreciaciones filosóficas con magnificas obras literarias. Entonces, ¿podríamos acusar a la filosofía existencialista de tener el complejo del sicoanalista? Si así lo hiciéramos, nótese que lo hace desde el empirismo de unas cuantas palabras plasmadas en magistrales obras literarias, y sin siquiera conocimiento de causa sobre la complejidad de la mente humana, biológicamente hablando.
Como vemos, ambas áreas del conocimiento, que nacieron con la inquietud por el saber, se han distanciado, y en medio de ellas encontramos una escisión que parece insalvable. ¿Especular? ¿Demostrar?, es una decisión que se presenta a cada instante y que personifica a cada método de usar la razón humana. Los intentos por conciliar ciencia y filosofía sin embargo, no han sido pocos; y figuras como Husserl nos permiten albergar la esperanza de una filosofía científica, o de una ciencia filosófica.
El corazón del escritor del articulo se inclina indefectiblemente por tomar el camino filosófico y lo hace desde la apreciación subjetiva de que lo que la ciencia recién se esta encargando de demostrar, ya fuimos capaces de abstraerlo racionalmente desde hace muchos siglos, en aparatos filosóficos complejos. El ser de Parmenides, las ideas platónicas, la sustancia aristotélica, las cinco causas de Santo tomas de Aquino son razonamientos sofisticados que están esperando por ser demostrados o desechados por el desarrollo científico, pero ya están ahí. ¿Y usted que piensa?

Bienvenida :)


Hola a todos. Lo primero es una bienvenida cordial para que se conviertan en asiduos visitantes a este blog. En las siguientes entradas publicare algunos articulos y ensayos sobre algunos filosofos de mi interes. Por otro lado, espero comentarios, diversos puntos de vista y percepciones criticas sobre los mismos, asi como nuevos articulos que me sean enviados para publicarlos tambien. La intencion es enriquecer la panoramica de eruditos como Hegel, que erroneamente se han llamado oscuros, o de aplicar el leviatan hobbesiano a situaciones actuales, discutir teorias platonicas y en fin, analizar y comprender que es esto de la posmodernidad ,que pareciera transformar los paradigmas filosoficos de antaño. Para la discusion, pretendo tambien incluir alusiones a la cultura popular al estilo "Mirando el sesgo", que recogo de teoricos como Zizek que estan haciendo girar la vista hacia la intelectualidad de europa del este. Lo oriental es otro punto de gran interes; ahora mismo yo ando indagando mucho sobre temas como el budismo y taoismo; y con ello, tambien espero compartir mi fascinacion por oriente con ustedes. Nada mas y......¡DISFRUTEN EL BLOG!


PD: la imagen mostrada me parecio buena, pero ninguno de los que sale ahi soy yo.